domingo, 9 de junio de 2024

Relato de mi barrio.

Soñador de Valentin Alsina toca tu guitarra  algunas milonguitas o un valsesito para las bellas chicas; tienes una sonrisa privilegiada en un barrio de desdentados, argentina sonrisa que brilla y brilla a la luz de la luna llena.
Tu cabello lacio y largo hasta los hombros danza al ritmo de la leve brisa; tus celestes ojos buscan un motivo para empezar una familia, pero no lo encuentra; porque tu deseo es ser por siempre guitarrista ambulante, contagiar de tu música a cada plaza de la Argentina.
Caminando por la calle Paraguay te cruzas a tu amigo el panadero, Don Jaime.
-Buenos días don Jaime, ¿podría guardarme unos bizcochitos para el mate?
-¡Cómo no, Gorka!
Y así tu sigues tu camino hacia la plaza de la Tuyutí. 
Al llegar, sacas tu guitarra, tu fiel compañera, y comienzas a acariciar las cuerdas, acordes mayores y menores, disminuidos y sostenidos surgen desde lo más profundo de sus almas.

"¿Dónde está mi barrio, mi cuna querida?
¿Dónde la guarida, refugio de ayer?
Borró el asfaltado, de una manotada,
la vieja barriada que me vio nacer"

Tu canto y el de tu guitarra llega a un viejo linyera, que olvidó el frío que padecía y se puso a bailar.
-Lara lara lara. Tarareó el linyera el hermoso tango del Puente Alsina.
Una joven transeúnte ve esta escena, con curiosidad; se acercó a ellos para sumarse a bailar.
-Perdonen mi inexperiencia, solo lo básico sé. 
-No pasa nada, piba. ¡Vos seguime y disfruta!
-Lara lara lara. comenzaron a tararear a la par, la piba y el linyera, el hermoso tango del Puente Alsina.


"En la sospechosa quietud del suburbio
la noche de un triste drama pasional
y, huérfano entonces, yo, el hijo de todos,
rodé por el lodo de aquel arrabal."

Dos estudiantes del San Juan muy cerca caminan y con risas burlonas se acercan a las improvisada milonga.
-¿Podemos unirnos al baile? Preguntó el más caradura de los dos, con mofa.
-¡Por supuesto, pebete! respondió el linyera, con la más pura inocencia.
-Pero somos dos pibes, qué lástima. Dijo con sarcasmo, el segundo del San Juan.
-No pasa nada, entre hombres tambien se baila. respondió la piba, con una coqueta sonrisa.
Ellos, ruborizados, se prenden a bailar.
-Lara lara lara. los cuatro tararean, con regocijo, el hermoso tango del Puente Alsina.

"Puente Alsina, que ayer fuera mi regazo,
de un zarpazo la avenida te alcanzó...
Viejo puente, solitario y confidente,
sos la marca que, en la frente,
el progreso le ha dejado
al suburbio rebelado
que a su paso sucumbió."

La plaza es una fiesta, con el soñador y su guitarra, el linyera y la piba, y los estudiantes del San Juan.
Un vecino de la cuadra a su perro pasea y ve a lo lejos el baile, en el medio de la plaza.
-Vamos Cipión, nos tenemos que acercar. 
Y ambos se acercaron con intenciones de bailar, el hombre el dos por cuatro y el perro Cipión el baile de saltar.
-Disculpen, mi perro y yo nos queremos sumar.
-Sí chabón, el pichicho y vos se pueden sumar. respondió uno de los estudiantes del San Juan.
Y algo desordenados, el vecino y el perro Cipión se sumaron fuera de compás.
-Lara lara lara. Todos tararean el hermoso tango del Puente Alsina.

"Yo no he conocido caricias de madre...
Tuve un solo padre que fuera el rigor
y llevo en mis venas, de sangre matrera,
gritando una gleba su crudo rencor."

Militantes peronistas de una marcha volvían y pasaron a unos metros de la milonga del Tuyutí.
Sin permiso sus cosas apoyaron y con movimientos alegres se unieron a bailar.
-¡Viva Peron! gritó su lider, con un tono pasional.
-¡Bienvenidos sean todos, compañeros! Grito el dueño de Cipión.
-Y aquí de política que no se haya de hablar. Este baile es solo para las penas olvidar. Dijo el linyera, sonriente.
-Lara lara lara. A coro tararean el hermoso tango del Puente Alsina.

"Porque me lo llevan, mi barrio, mi todo,
yo, el hijo del lodo lo vengo a llorar...
Mi barrio es mi madre que ya no responde...
¡Que digan adónde lo han ido a enterrar!"

Doblando en la esquina apareció un grupo radical, observando el panorama reconocieron a su grupo rival.
No obstante, allí estaba el soñador de Valentin Alsina y su guitarra; y con mucha carisma y magia, una pugna evitó; con un elocuente ademán los invitó a bailar, en esa preciosa milonga barrial.
Olvidando sus diferencias se pusieron a bailar, mezclados con los peronistas. Y con risa y alegría todos juntos tararean:
-Lara lara lara. Y el hermoso tango del Puente Alsina llegó a su final.
Todo era regocijo y amistad; El linyera, la piba, los estudiantes del san juan, el vecino y su perro Cipión, los peronistas y los radicales charlaban animadamente y con ojos iluminados vitorearon al soñador:
-¡Otra, otra otra!
Pero el soñador tiene otro plan. Con su mano levantada se despidió de los demás.
-Qué alegría tan grande me dieron, muchas gracias, de verdad.
Y emprendió su camino con direccion al azar.
El día es joven, el sol está en lo más alto. Sonriente reparte su calor a todo lo que tiene vida.
El soñador, guitarrista y galán, misterioso y virtuoso, silencioso y sagaz.
Reflexiona sobre su vida y su próxima aventura.
"Fue una linda experiencia en la plaza del tuyutí, aunque no gané un mango. ¿Qué más da? generé tal unión, tal alegría y tal fiesta que todo lo material no tiene sentido alguno, la biyuya no vale ni un ápice en comparación de lo que toda esa gente me dió. Ojalá en la próxima plaza, logre similar experiencia."

2 comentarios:

  1. Excelente texto!!! Muy buena tu incorporación de la temática barrial y tanguera. Felicitaciones!

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  2. Muy bueno, me encanto y me vi bailando al ritmo de la gente del barrio.
    Felicidades!!!!!
    Espero el proximo relato.
    Saludos.

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