lunes, 16 de diciembre de 2019

Una noche de locos

Esto ocurrió en Julio del 2019, a las 3 de la mañana. Era una noche  similar a aquellas noches de frio eterno del glaciar Ártico.
Yo estaba viviendo en una casita en Miguel Lanus, un barrio ubicado en las afueras de Posadas.

Ay que nostalgia al recordar esas tierras coloradas, esa mañanas con popurrí de chamame y un mate amargo que despertaba hasta al más vago.

Lo siento me fuí por las ramas. Volviendo a esa noche. Yo iba por el primer sueño, durmiendo sobre los helados fierros de la cama (no tenía colchón), y tapandome con ropa sucia ya que tampoco tenía frazadas y sabanas. 
Iba todo muy bien había dejado mis preocupaciones, de no haber conseguido laburo a un lado y habia logrado dormir con las incomodidades de la situación.
De repente, unos cuantos ladridos de unos perros iracundos atrajeron la atención de mis dormidos oidos. Y con una sensación amarga abrí mis ojos irritados.

"¿qué miércoles pasa?" Pregunte a lo oscuro, seguido me calzé mis zapatillas  de color azul Y salí a la interperie.

Que frío tan penetrante me abrazó desprevenido. Con miedo salí a la calle a ver el porque la furia de esos escandolosos perros.

Para mi sorpresa, estancado del miedo en una zanja había un cerdo, muy grande por cierto, rodeado por los dueños de esos gritos de guerra.

Confuso por la situación y el sueño, entre a mi casa para agarrar unas salchichas, que me habían sobrado, para atraer la atencion de los perros.

Bingo lo había logrado, pero todavía faltaba sacar al cerdo de su atasco y su miedo.
¿qué podía hacer yo? Un porteño que vivía hace unas semanas allí en la provincia de Misiones; y que ademas jamas había visto a un chancho en persona.

Inocente de mí, lo llamaba como si estuviera llamando a un perro, esperando que este viniera hacia mí. No hubo respuestas.
Agarre un rama para empujarlo de atras, solo logré que el cerdo se asustara más.
Agarré una manzana esta vez para atraer al pobre, no hubo respuesta.

Resignado, frustrado, confundido, desconcertado y cansado volví a mi casa para intentar dormir de nuevo.

Mi intención no era dejarlo allí solo a su suerte. Pero ya no sabía que hacer.

Al día siguiente, ese pobre ya no se encontraba más y los perros estaban esperandome contentos esperando más comida de mi parte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario